Tras un acuerdo entre representantes de todos los sectores productivos de la micronación, convocados para hoy a la tarde, se ha resuelto la creación de una institución reguladora, el CAENA, que por lo menos mientras sea necesario evaluará en función de la situación de la economía nacional cuáles empresas se podrán fundar, si se deberían realizar transferencias de mano de obra o ajustes de producción. A diferencia de asociaciones como la FEDECON, ésta sólo tendrá la capacidad de intervenir cuando se juzgue que la economía se puede desestabilizar, debiendo dejar que los demás ciudadanos lleven la organización de la producción en los demás casos. La idea es que estas competencias duren lo menos posible, sólo como medida de crisis y hasta que se reajuste el modelo económico para permitir el crecimiento más allá de los límites previamente estipulados, para lo cual se estipuló un plazo de dos semanas desde el día de hoy. Aún no se sabe si el comité en sí mismo se desintegraría o pasaría a cumplir algún otro papel en un futuro en el que puede ser necesario algún tipo de regulación.
Como forma de estabilizar la economía se definieron ya dos medidas que apuntan a devolver el estado de la economía al de principios de año: en primer lugar, reasignar a los trabajadores de las nuevas empresas a empresas de bienes fundamentales, mientras las primeras son congeladas hasta que se resuelva la situación; y en segundo lugar, se reasignarán trabajadores de los rubros de gas y electricidad, que concentraban un gran exceso de mano de obra, a las empresas en falta como las alimenticias.
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