El documento se ha aprobado hoy, luego de que todos los votantes se pronunciaran a favor. Se incluirá como anexo de la Carta Magna, y establece los juicios justos como único medio legítimo de resolución de conflictos.
Luego de una controversia surgida por la publicación del Libro Azul por parte del Capitalismo Popular Sionista morielí - que para ese entonces no estaba en el gobierno aún -, y en respuesta también a episodios anteriores que pusieron en peligro la paz y el entendimiento entre los miembros de la organización, en la OMU se votó y aprobó el nuevo instrumento legal, impulsado desde la Secretaría General en conjunto con el presidente de la Corte de Justicia, Guillermo Hansbreck, y con Sebastián I de Rotham.
Pensado como un código integral, el CCI tipifica un amplio rango de ofensas - desde faltas administrativas hasta invasiones armadas - y si bien no postula sanciones específicas para cada una de las mismas, sí las divide en clases según su gravedad, y establece claramente que ante cualquier ofensa se debe acudir a la Corte Intermicronacional de Justicia para resolver una sanción de carácter neutral.
El objetivo de la iniciativa es prevenir o debilitar las escaladas de conflictos, disuadiendo a los miembros de participar en las mismas; y establecer una vía de acción en caso de que los micronacionalistas de la organización se vean víctimas de agresiones verbales, difamaciones, u otras ofensas que no estaban tipificadas antes.
Según se plantea en el mismo documento, el código también supone un avance para la libertad de expresión, ya que elimina la posibilidad de represalias exacerbadas por opiniones expresadas, y obliga a las micronaciones a acudir al arbitraje intermicronacional antes de tomar una iniciativa diplomática nociva para con otras micronaciones.
La ausencia de votos en contra demuestra un compromiso pleno de todos los miembros para conducir una política diplomática madura y orientada hacia la convivencia sana del micronacionalismo. Incluso las micronaciones que sostuvieron conflictos entre sí se unieron a favor de esta herramienta, demostrando voluntad de superar diferencias locales para trabajar en conjunto en pos del movimiento micronacional.
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