La República Senatorial de Timeria está sometiendo a votación popular la posibilidad de volver a convertirse en un Reino, bajo la representación de Aggelos I, Príncipe de Imvrassia y Emperador de Orfalia (ambas micronaciones de tradición más anglosajona que hispánica, pese a estar la segunda integrada por antiguos ciudadanos timerios).
La Iniciativa Legislativa Popular que introdujo este debate fue presentada el 11 de febrero por el mismo rey de Orfalia. El texto de la propuesta argumenta que:
"Para Imvrassia y Orfalia tener un monarca común creo que les otorga más buena imagen en el mundo de las micronaciones, y anima a otras micronaciones con los mismos principios y valores a acercarse. Creo que podríamos lograr con un esfuerzo semejante, si el Reino de Timeria fuera reconstruido."
Orfalia, conformada por varios ciudadanos timerios ante la decepción con el micronacionalismo hispano (en medio de la crisis diplomática generada en aquella época en torno a micronaciones lúdicas) e intentando limpiar el nombre de su proyecto micronacional, creció de forma continuada desde el reinado de Aggelos I; y este crecimiento sólo se detuvo tras reactivarse la Timeria republicana, evento que provocó una significativa migración de ciudadanos de Orfalia hacia Timeria.
Este debate repentino suscitó polémica entre los partidos y entre la población; durante estos últimos días se han oído numerosas voces a favor y en contra del cambio. Los principales exponentes de la postura republicana son el Partido Socialista, ahora en el poder, y Alternativa Colectiva. Por otro lado, el Partido Nacional es el principal promotor de la monarquía, aunque recientemente varios miembros del mismo se han escindido por considerar la propuesta contraria a la histórica tradición republicana de Timeria y de su partido.
Timeria es conocida por tener una historia altamente activa pero turbulenta; queda ver si esta historia de continua reinvención de la micronación se repite aún tras ser refundada por parte de sus miembros originales (después de haber sido usurpada durante años por impostores), o si se emprenderá un camino más estable sobre un proyecto micronacional ya definido; y de ser así, queda planteada la cuestión de si estos cambios bruscos en el camino de la micronación son simplemente la consecuencia inevitable de una actividad política viva, o son el camino hacia la inestabilidad y la desintegración, como ha sucedido con la falsa Timeria repetidas veces.
Lo cierto es que el debate está planteado y es intenso, y sólo el tiempo dirá en qué resulta esta propuesta.